La sanidad de Puig rechaza contratar 15 veces a una mujer ciega: «Sin mi madre viviría en la calle»
Su proyecto de vida pasa por un curso para vender cupones de la ONCE harta de recibir negativas de la Administración
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Mónica Tortosa, auxiliar administrativa, valenciana, de 49 años, es invidente desde hace dos. Su vida se convirtió en un calvario en lo laboral a raíz de perder la visión a causa de una fiebre mediterránea familiar que derivo en síndrome de Behçet. Ambas, enfermedades raras. Desde 2014 era trabajadora de la sanidad pública valenciana de Ximo Puig. Accedió por las listas de las bolsas de empleo temporal de instituciones sanitarias. Desde que padece su ceguera, ha resultado rechazada allá donde la han dirigido hasta en 15 ocasiones: «Y si contamos sustituciones, más». Y ello, porque, según relata Mónica, los sistemas informáticos de la Consejería de Sanidad carecen del adecuado lector para personas en su misma situación. Sin ingresos, Mónica confiesa: «De no ser por mi madre viviría en la calle».
Lo que Mónica Tortosa reclama se define en dos palabras que ella utiliza constantemente en la conversación con OKDIARIO, pero que no obtiene de la Administración autonómica valenciana: «Justicia social».
Y ello, porque en su situación, y a pesar de continuar en una búsqueda activa de empleo a través de la citada bolsa, no cuenta con ingreso alguno, según revela ella misma. Sale adelante porque vive con su madre. «De no ser por ella, no sé dónde estaría. Viviría en la calle». Y, en su día, no pudo acceder a una incapacidad total porque según refiere no alcanzaba los años de cotización necesarios.
Ante las continuas negativas para acceder a un empleo en la Administración Pública, el proyecto de vida de Mónica Tortosa pasa por un curso de la ONCE que le permitirían ganarse la vida vendiendo cupones.
Esta mujer ha denunciado su caso ante la Inspección de Trabajo. Y, siempre según su relato, también va camino de los juzgados. Acciones emprendidas de la mano de CSIF, la Central Sindical Independiente de Funcionarios, que ha dado visibilidad al calvario que vive Mónica través de su presidente de Sanidad, Fernando García.
Mónica cuenta que en la campaña y precampaña electoral ha hablado con el alcalde de Valencia Joan Ribó, que le confesó que desconocía su caso, y con la candidata socialista a la Alcaldía Sandra Gómez. Con esta última, hace dos meses. Según relata Mónica, la respuesta de Sandra Gómez fue «que lo miraría». Pero, agrega que no ha vuelto a recibir noticias de ella.
«Conseguí trabajar durante tres días en el hospital de Liria. Y demostré que puedo sacar adelante la tarea. Pero, luego, me dijeron que no podía continuar», explica. También, lo intentó en La Fe, que es el hospital insignia de la sanidad valenciana, en el Clínico de Valencia y en otros centros. En todos los intentos, siempre la discapacidad visual que ahora padece ha servido de justificación para denegarle el empleo.
Denuncia en Inspección de Trabajo
El 22 de marzo de este 2023 formalizó su denuncia ante la Inspección de Trabajo. En ese documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, Mónica relata que había recibido tres ofertas de empleo: «Esas fueron las primeras», dice. Las tres, para una interinidad vacante. Una, en el Departamento de Salud Valencia Hospital Doctor Peset. Y dos, en el departamento de Salud Valencia Clínico Malvarrosa.
En todos los casos, «tras personarme en los servicios de personal, se me obligó a pasar por el Servicio de Prevención y Riesgos Laborales para acreditar que la discapacidad visual que padezco me permite desempeñar funciones propias de mi puesto de trabajo». Y, en las tres ocasiones se consideró «que no soy apta».
Mónica pidió copia de los informes médicos que supuestamente avalaban la decisión de los departamentos de riesgos laborales, pero en el caso del Doctor Peset se le comunicó «que no se ha realizado ningún informe de aptitud laboral porque no consta en el servicio que sea personal en activo», según la denuncia.
En el caso del Clínico Malvarrosa, la informaron, según consta también en la denuncia ante la Inspección de Trabajo, «que no soy apta porque no es posible la adaptación técnica de ninguno de los dos puestos de trabajo correspondientes a las dos ofertas de la bolsa».
Ahora, ella reclama que en virtud de las alegaciones presentadas ante la Inspección se «lleve a cabo las diligencias oportunas para la comprobación de las mismas, así como la depuración de responsabilidades que se deriven de estas».
Mónica Tortosa dice que si tuviera delante a Miguel Mínguez, el consejero de Sanidad valenciano en el gobierno que preside el socialista Ximo Puig, le pediría que su departamento pusiera en marcha «una igualdad real. Dicen mucho. Pero no existe».
Por su parte, CSIF considera «un despropósito» que una persona con una discapacidad, como en este caso, «no pueda trabajar en la Consejería de Sanidad porque no se adapta el puesto laboral a sus necesidades, pese a que cumple todos los derechos y méritos para estar en la bolsa de empleo». Y reclama una política inclusiva «efectiva» y la adaptación del puesto de trabajo a las necesidades de la trabajadora de acuerdo con la discapacidad que padece.
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